Partiendo de que los materiales siempre han de ser utilizados como un medio y no como una finalidad, es cierto que no son imprescindibles para la realización de juegos, pero sí que ayudan a conseguir una mayor motivación en nuestros alumnos.
En numerosísimas ocasiones nos encontramos al llegar a un centro con que hay escasez de material o que el existente está bastante deteriorado. Por tanto, la imaginación y la creatividad del profesor de Educación Física debe estar siempre presente en la utilización de los mismos.
Es por ello que hemos de tener siempre presente otra alternativa distinta al material convencional que utilizamos normalmente en nuestras clases, recurriendo a aquel que puede ser construido por los propios alumnos, tomándolo de la vida cotidiana ( de desecho o reciclable), con lo cual favorece actitudes relacionadas con el medioambiente ( reducción, reutilización,..).
Así podríamos plantearnos trabajar la fuerza con una simple toalla; el esquema corporal, a través de hojas de periódico; la coordinación, lanzamientos y recepciones, con pelotas fabricadas con globos, los golpeos, con palas realizadas con cartones,…
Con este tipo de material, el alumno se divierte y aprende a valorar lo que hace, trabaja su imaginación a través de actividades manipulativas y además comparte las tareas a desarrollar de una forma coeducativa, consiguiendo con ello ser consciente de que, con un poco de creatividad y lógicamente, de esfuerzo, puede llegar a realizar una serie de recursos que son tan válidos como los que nos puede ofrecer esta sociedad consumista, puesto que a veces, ni son tan prácticos, tan asequibles ni tan “maravillosos” como los comerciantes nos quieren hacer creer.
¡Bien merece la pena este pequeño esfuerzo, puesto que, al finalizarlo, se convertirá en una “gran recompensa”!.
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