En octubre nos decidimos a plantear una experiencia: Proponer a un grupo de alumnas del Primer Ciclo de Secundaria formar un equipo de baloncesto.
La idea era (y sigue siendo) crear un grupo estable que durante los años de Secundaria y Bachillerato que permanecerán en este Centro desarrollaran una actividad física a la vez que un proceso de formación como personas tanto individual como colectivo.
Asumíamos un gran problema (que a la vez era una ventaja) la mayoría desconocía los fundamentos básicos de este deporte.
Partíamos de cero.
Por delante tiempo, ilusión y ganas de aprender y trabajar.
He de reconocer que tenía mis dudas, y que la emoción inicial diera paso a la desidia y el abandono, pero también tenía grandes esperanzas e ilusiones en la materia prima del grupo.
Hubo que superar reticencias, convencer de sus posibilidades y mentalizarlas de que el trabajo era a muy largo plazo, que este curso iba a ser la creación de los cimientos sobre los que construir un equipo.
Desde una filosofía de trabajo en grupo, de compartir responsabilidades, éxitos y fracasos, el grupo ha ido creciendo, ha ido madurando, dando pasos lentos, inseguros al principio, y poco a poco más firmes.
Comenzamos los entrenamientos un día de la semana, al salir de las clases se quedaban hasta las tres, reorganizando sus agendas. De ellas surgió la necesidad de un segundo día de entrenamiento ¡¡VIERNES!!.
A un equipo sin competición le falta algo, así que nos atrevimos a inscribir al equipo en la competición de Deporte Escolar. Donde nuestras rivales resultaron ser un equipo federado, con cierta trayectoria y muchísima más experiencia y preparación que nosotras.
A pesar de las abultadas derrotas la moral no se resintió. “Estamos trabajando para el año que viene. Esto forma parte de lo previsto”.
Y seguimos con ilusión, entrenando y procurando mejorar poco a poco cada día.
Ante nuestra sorpresa quedamos clasificados para representar al municipio de Murcia en la fase regional y el espíritu de superación incitó a una semana de sacrificio. Todos los días nos quedábamos hasta las tres a entrenar.
Se trataba de hacer un buen papel, ofrecer una imagen competitiva.
Pero las cosas no salieron como pensábamos. Nuestro planteamiento en defensa resultó más efectivo de lo previsto y el equipo de Moratalla que teníamos frente a nosotros no supo como hacerle frente.
Esto nos llevó a una victoria contundente. Pero sobre todo a comprender que con esfuerzo y dedicación se pueden obtener resultados positivos.
Esta victoria nos situó en las semifinales regionales. Una oportunidad que no se presenta con facilidad.
Ilusión renovada que nos llevó un viernes de mayo a jugar en Blanca, contra el equipo que representaba al I.E.S. Ibáñez Martín de Lorca. Partido que parecía resuelto en el descanso (20-4) y que se complicó en el tercer cuarto, donde el equipo lorquino consiguió empatar y poner tensión y nervios en nuestras filas.
Pero el bloque funcionó, fuimos capaces de sobreponernos y obtener un triunfo más que ajustado de dos puntos de diferencia.
En palabras de uno de los padres asistentes: “un partido de infarto”.
Nuestro objetivo estaba más que superado. Un equipo que todavía está en construcción, creciendo y formándose estaba en la final regional.
El sábado por la mañana nos encontramos ante un equipo muy fuerte (con dos grandes jugadoras) que no dio muchas opciones.
El I.E.S. Francisco Salzillo de Alcantarilla, muy bien dirigido por su jugadora número ocho, fue un justo ganador.
A nosotras nos queda el orgullo de haber luchado hasta el final, en la medida de nuestras fuerzas.
Hasta aquí nuestra aventura de este presente curso. Hasta aquí ¿hemos puesto las bases para un futuro?.
Solo espero que estos primeros pasos no queden aquí. Que a la vuelta del verano, reiniciado el próximo curso todos volvamos a encontrarnos con la idea de seguir mejorando, de seguir superándonos, de seguir haciendo posibles algunos de nuestros sueños.
La idea era (y sigue siendo) crear un grupo estable que durante los años de Secundaria y Bachillerato que permanecerán en este Centro desarrollaran una actividad física a la vez que un proceso de formación como personas tanto individual como colectivo.
Asumíamos un gran problema (que a la vez era una ventaja) la mayoría desconocía los fundamentos básicos de este deporte.
Partíamos de cero.
Por delante tiempo, ilusión y ganas de aprender y trabajar.
He de reconocer que tenía mis dudas, y que la emoción inicial diera paso a la desidia y el abandono, pero también tenía grandes esperanzas e ilusiones en la materia prima del grupo.
Hubo que superar reticencias, convencer de sus posibilidades y mentalizarlas de que el trabajo era a muy largo plazo, que este curso iba a ser la creación de los cimientos sobre los que construir un equipo.
Desde una filosofía de trabajo en grupo, de compartir responsabilidades, éxitos y fracasos, el grupo ha ido creciendo, ha ido madurando, dando pasos lentos, inseguros al principio, y poco a poco más firmes.
Comenzamos los entrenamientos un día de la semana, al salir de las clases se quedaban hasta las tres, reorganizando sus agendas. De ellas surgió la necesidad de un segundo día de entrenamiento ¡¡VIERNES!!.
A un equipo sin competición le falta algo, así que nos atrevimos a inscribir al equipo en la competición de Deporte Escolar. Donde nuestras rivales resultaron ser un equipo federado, con cierta trayectoria y muchísima más experiencia y preparación que nosotras.
A pesar de las abultadas derrotas la moral no se resintió. “Estamos trabajando para el año que viene. Esto forma parte de lo previsto”.
Y seguimos con ilusión, entrenando y procurando mejorar poco a poco cada día.
Ante nuestra sorpresa quedamos clasificados para representar al municipio de Murcia en la fase regional y el espíritu de superación incitó a una semana de sacrificio. Todos los días nos quedábamos hasta las tres a entrenar.
Se trataba de hacer un buen papel, ofrecer una imagen competitiva.
Pero las cosas no salieron como pensábamos. Nuestro planteamiento en defensa resultó más efectivo de lo previsto y el equipo de Moratalla que teníamos frente a nosotros no supo como hacerle frente.
Esto nos llevó a una victoria contundente. Pero sobre todo a comprender que con esfuerzo y dedicación se pueden obtener resultados positivos.
Esta victoria nos situó en las semifinales regionales. Una oportunidad que no se presenta con facilidad.
Ilusión renovada que nos llevó un viernes de mayo a jugar en Blanca, contra el equipo que representaba al I.E.S. Ibáñez Martín de Lorca. Partido que parecía resuelto en el descanso (20-4) y que se complicó en el tercer cuarto, donde el equipo lorquino consiguió empatar y poner tensión y nervios en nuestras filas.
Pero el bloque funcionó, fuimos capaces de sobreponernos y obtener un triunfo más que ajustado de dos puntos de diferencia.
En palabras de uno de los padres asistentes: “un partido de infarto”.
Nuestro objetivo estaba más que superado. Un equipo que todavía está en construcción, creciendo y formándose estaba en la final regional.
El sábado por la mañana nos encontramos ante un equipo muy fuerte (con dos grandes jugadoras) que no dio muchas opciones.
El I.E.S. Francisco Salzillo de Alcantarilla, muy bien dirigido por su jugadora número ocho, fue un justo ganador.
A nosotras nos queda el orgullo de haber luchado hasta el final, en la medida de nuestras fuerzas.
Hasta aquí nuestra aventura de este presente curso. Hasta aquí ¿hemos puesto las bases para un futuro?.
Solo espero que estos primeros pasos no queden aquí. Que a la vuelta del verano, reiniciado el próximo curso todos volvamos a encontrarnos con la idea de seguir mejorando, de seguir superándonos, de seguir haciendo posibles algunos de nuestros sueños.
Por: Mario García Ruiz.
Profesor de Educación Física del I.E.S. José Planes y Entrenador de Baloncesto
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1 comentario:
todo se logra con esfuerzo, dedicacion, Disciplina y constancia felicitaciones
Coach Anibal FIBA
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