Uno de los factores que pueden influir en el bajo rendimiento de nuestros alumnos es la falta de visión.
Esto es debido a que la mayor parte de la información que perciben y que reciben, lo hacen a través de la vista.
Este problema no es fácil de detectar, pues la mayor parte de las veces, los alumnos no se dan cuenta de esta dificultad y, por tanto, los padres tampoco, aunque hay ciertas actitudes y comportamientos que sí que les “delatan”. Así, debemos observar la actuación de nuestros alumnos: cómo miran la pizarra, cómo leen (si tienen dificultad para hacerlo, si se acercan demasiado al libro, o, por el contrario, se lo alejan, si la caligrafía no es la adecuada,..).
En casa, también los padres deberían observar si sus hijos se acercan demasiado a la pantalla del ordenador o del televisor; si, cuando leen, lo hacen a una distancia y con una iluminación adecuada,…
Por tanto, de la misma manera que hay campañas para visitar al dentista a estas edades, se deberían realizar campañas para que los escolares visitaran al oftalmólogo con cierta frecuencia, pues, a simple vista, son difíciles de detectar las posibles deficiencias visuales de nuestros alumnos.
Otros consejos a tener en cuenta serían:
Preste especial atención a los posibles dolores de cabeza continuos.
Las paredes de su lugar de estudio deben ser de colores claros.
La mejor luz para realizar sus tareas, es la natural, pero si usa luz artificial, ésta debe colocarse a la izquierda, si es diestro, y a la derecha, si es zurdo.
Si los niños necesitan gafas y no las usan, su problema se agravará casi con toda seguridad. Cuanto antes se corrijan los problemas, mejor.
Para ver la televisión o usar el ordenador, deberíamos suavizar el nivel de iluminación del ambiente y eliminar los reflejos en la pantalla.
¡SI TU VISIÓN QUIERES CONSERVAR, AL OCULISTA HAS DE VISITAR!
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